Las autoridades de la Subdirección General de Investigación Criminal (SGIC), de la Policía Nacional Civil (PNC), han revelado datos alentadores en la batalla contra las maras y pandillas que afectan al país. Gracias a esfuerzos institucionales contra las extorsiones, así como el apoyo de las víctimas a través de las denuncias y seguimiento de casos en el ámbito judicial, se ha logrado evitar el pago de un monto considerable de estas coacciones.
En lo que va del año, los guatemaltecos han evitado el desembolso de aproximadamente 227 millones 845 mil 36 quetzales, lo que representa un 91 % de las extorsiones exigidas por estas organizaciones criminales, estimó el Ministerio de Gobernación.
Durante los primeros cinco meses del año en curso, se han recibido un total de 7 mil 326 denuncias por extorsión, un delito perpetrado mayormente por grupos como MS, Barrio 18 e imitadores. Estos grupos criminales, bajo amenazas de muerte, exigen sumas de dinero a individuos y empresas.
Estrategias en acción
Los informes de la PNC detallan que, tan solo en los primeros cuatro meses del año, se han realizado 736 pagos a las pandillas, alcanzando un total de 4 millones 239 mil 29 quetzales en presuntas extorsiones. Estos datos reflejan la persistencia del problema, pero también la efectividad del rastreo de estas actuaciones ilícitas para erradicarlas.
El artículo 262 del Código Penal de Guatemala establece claramente las consecuencias legales para aquellos que practican la extorsión.
Quienes, bajo amenaza directa o indirecta, obligan a otros a entregar dinero o bienes, pueden ser sancionados con penas de prisión de 6 a 12 años.
Esta ley proporciona un marco sólido para perseguir y castigar a los responsables de estos delitos.
La extorsión sigue siendo una amenaza grave para la seguridad y la estabilidad económica de la población, mas se está trabajando para combatir el flagelo, lo cual fue instruido por el gobierno del presidente Bernardo Arévalo. Además, la complejidad de estas organizaciones criminales exige estrategias integrales que aborden no solo la represión, sino también las causas subyacentes de su existencia.
El combate contra las maras y pandillas en Guatemala es un desafío constante que requiere la cooperación y el compromiso continuo de las autoridades y la sociedad. A pesar de los avances significativos, queda mucho por hacer para erradicar este fenómeno criminal y garantizar la seguridad y el bienestar de todos los guatemaltecos.
Lincy Rodríguez
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