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Un accidente de tránsito se registró la madrugada del lunes 10 de febrero en la calzada La Paz, zona 6 de la Ciudad de Guatemala. Un bus extraurbano, tras perder el control, impactó varios vehículos antes de precipitarse a un barranco de aproximadamente 20 metros de profundidad.
El bus, que había partido a las 3:00 a. m. desde la aldea Estancia de la Virgen, San Cristóbal Acasaguastlán, El Progreso, ingresaba a la capital cuando encontró congestionamiento en el puente Belice. Buscando una alternativa, el conductor optó por desviar su ruta hacia la calzada La Paz, una vía con pronunciadas pendientes y curvas peligrosas.
Testigos afirman que, al llegar a esa zona, el bus comenzó a acelerar de manera inusual. Al intentar frenar frente a un semáforo, el conductor se percató de que los frenos no respondían, lo que desató el trágico desenlace. Tras impactar dos vehículos, la unidad salió de la vía y cayó violentamente al barranco.
Sobrevivientes de la tragedia en calzada La Paz
Telediario entrevistó a sobrevivientes de este accidente, que dejó a 54 personas fallecidas.
Juan Gabriel Ortiz, uno de los pasajeros, relató los angustiosos momentos que vivió dentro del autobús. Salía del kilómetro 14 de la ruta al Atlántico para dirigirse a la terminal y tomar otro transporte hacia su trabajo en Santa Rosa.
Ortiz describió que desde el puente Loma el conductor aumentó la velocidad y, poco después, cerca de Metro Norte, se empezó a percibir un fuerte olor a frenos quemados. Cuando el bus encontró tráfico en el puente Belice, el chofer decidió cambiar de ruta hacia la calzada La Paz. Fue en ese tramo cuando perdió el control.
Cuando llegamos al redondel de la Maya, el conductor aceleró sin control. Algunos pasajeros nos preguntamos por qué no disminuía la velocidad. Al llegar a la 20 calle, dudó en cruzar, pero siguió recto. Luego de ver dos carros en el semáforo, intentó frenar, pero ya no tenía frenos. Se asustó, trató de comprimir la caja de cambios, pero se desconectó y terminamos golpeando los dos carros antes de caer. El bus se elevó en la cuneta, luego se precipitó y volcó.
Juan Gabriel también relató algunos de los pocos recuerdos que tiene, ya que él describe que todo pasó muy rápido hasta que lo rescataron del lugar.
Yo iba en el último asiento. Sentí cómo me deslicé chocando contra los respaldos hasta que caí sobre una estructura de la paquetera. Quedé atrapado bajo otras personas que gritaban desesperadas. Pasé 15 minutos esperando ayuda, hasta que un bombero rompió el vidrio trasero y entró a auxiliarnos. Me guie por la luz y gateé, pero un rescatista me sacó empujándome. Cuando logré salir, me di cuenta de que no podía pararme.
Solo escuchaba cuatro voces
El sobreviviente indicó que, al principio, escuchó muchas personas gritando, pero con el paso del tiempo, las voces fueron apagándose.
Al inicio, escuché a unas 21 personas gritando, pero con el tiempo los gritos fueron disminuyendo hasta quedar solo 4.
Otro pasajero, José Dávila, también compartió su experiencia con el medio.
Me duele el cuerpo y me cuesta caminar. Tomé el bus a las 4:00 de la mañana, y cuando llegamos a Metro Norte, comenzaron las fallas. Nadie pudo hacer nada. Solo tratamos de sujetarnos o buscar una salida.
Descartan hipótesis de asalto
Inicialmente, existía la teoría de que el accidente podría haber sido consecuencia de un asalto. Sin embargo, esta versión fue descartada por los sobrevivientes y por la evidencia en el lugar.
Dentro del autobús accidentado, las autoridades encontraron un arma de fuego. Tras una investigación preliminar se determinó que pertenecía a uno de los pasajeros fallecidos, identificado como Celestino Quiñones Tobar. El arma estaba en su funda cuando ocurrió el accidente, pero debido al impacto, salió despedida de su sitio.
La tragedia ha dejado una profunda conmoción, recordando la importancia de garantizar condiciones seguras en el transporte público para evitar futuros incidentes.
Texto: Lincy Rodriguez
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